domingo, 8 de enero de 2023

Hablar de psicopedagogía es hablar de salud educativa

Hablar de psicopedagogía es hablar de salud educativa

¿Por qué?

Porque como todo proceso humano, la educación es un fenómeno continuo, dinámico y complejo, donde interaccionan la enseñanza y el aprendizaje y, en esto, las personas se ven involucradas muchas horas de su vida y la salud, a su vez, no refiere a "la falta de enfermedad" sino que a un estado general de bienestar.

Si las variables de los procesos educativos se encuentran alterados por forma o fondo, no pueden atender de forma adecuada a las necesidades que, efectiva e inevitablemente, presentan las personas involucradas y, es entonces que podemos decir que "se enferma" un proceso educativo. 

Estas necesidades, durante muchos años, cuando se entendía que las personas solamente aprendían en contextos escolares, eran atendidas informalmente, es decir, los actores involucrados "hacían todo lo posible" por "apoyar a que la necesidad desaparezca", cometiendo muchas faltas graves a los procesos educativos que dejaban a l@s aprendices con secuelas imborrables y, muchas veces, les llevaban a desertar de los procesos de educación formal, es decir, reconocida por la sociedad y, por tanto, certificada. 

Estos "agentes educativos", lamentablemente, en esas épocas involucraban castigos físicos o verbales que estaban muy normalizados en las escuelas para algunas necesidades de leve visualización física (como la dislexia, TDAH, discalculia, DIL, TEL o cuadros depresivos) y que expresaban en frases como "la letra entra con sangre", "escribir con la mano izquierda es malo", "tu eres tont@ que no entiendes", entre otras

Integraban en muchos casos, también, estigmas socio-culturales en que se consideraba que las personas "valían menos", o sea, eran "minusválid@s" por tener necesidades más visibles, especialmente frente al aprendizaje y al desenvolvimiento en espacios comunes no adaptados ("es minusvalid@ por que anda en silla de ruedas, porque no puede caminar, porque no escucha, por que no ve...

Junto a un largo etcétera en estos ejemplos, ambas modalidades de atención eran manifestaciones de una educación, y hoy lo podemos entender así, alterada en su forma y su fondo. era una educación enferma. 

En nuestra sociedad actual, afortunadamente, nos encontramos con la posibilidad de atender a estas necesidades de forma más específica, tanto en forma como en fondo, pudiendo atender a la enfermedad de forma incluso preventiva, es decir, evitando que aparezca... ¿Maravilloso, no crees? 

La psicopedagogía es una instancia de atención de salud para los procesos educativos que apoya a cada involucrad@ de acuerdo a sus necesidades y, para ello, se ha especializado en las actualmente denominadas por las autoridades médicas del mundo como Dificultades o Trastornos Específicos del Aprendizaje. 

La psicopedagogía, por tanto, es un agente de la salud educativa que, como todo profesional de salud, requiere:

Evaluar: para identificar de forma clara los tipos de necesidad, su profundidad, gravedad y características y para observar sus propias prácticas, en cada una d
e sus fases. 

Para esto se requiere dominio de mucho conocimiento teórico y práctico sobre salud mental, física y emocional; historia y fundamentos de las teorías del aprendizaje y del desarrollo humano, de las dinámicas socio-culturales y familiares; del currículo educativo local, nacional y mundial a nivel de matemáticas, lectura, escritura, artes, historia, tecnologías, química, física, lenguas y lenguajes; comunicación humana; instrumentos, indicadores, criterios y estrategias de evaluación especializados, entre muchos otros que llevarán a un profesional de la psicopedagogía a estudiar una muy exigente carrera profesional universitaria. 

Atender: para dar respuesta adecuada a las necesidades identificadas, cada profesional de la psicopedagogía podrá dar atención directa o, como se le llama desde la especialidad, acompañando. Esto podrá hacerlo ejecutando, al menos, una de las estrategias propias de su hacer como son la planificación de un plan estratégico; gestión de recursos (humanos, de tiempo, materiales); ejecución de planificaciones (sesiones de atención psicopedagógica directa, denominadas de forma errónea por mucho tiempo como "intervención psicopedagógica" siempre sujetas a la observación y evaluación de Respuesta a la Intervención o RTI por sus siglas en ingles); supervisión y seguimiento de las acciones, roles, equipos y comunidades involucradas (por tanto, también puede ejercer un rol fiscalizador) y, por supuesto, comunicando, lo que va desde la sensibilización hasta la transparencia. 

Para lograr esto, se requieren prácticas profesionales sistemáticas y adecuadas, que evidencien sus resultados y es la razón por la que en la formación profesional se integran desde el primer año, en forma gradual, supervisada y enfocada, con altos niveles de exigencia. 

La psicopedagogía, dadas sus características, se integrará idealmente a equipos educativos multidisciplinarios con gran habilidad, ya que responderá a las necesidades de salud que necesitan atender (interna o externamente) de forma exitosa porque, nunca lo olvidemos: la psicopedagogía no compite. La psicopedagogía comparte. 









martes, 9 de agosto de 2022

Neurodiversidad y Psicopedagogía: una conexión casi desconocida.

Neurodiversidad y Psicopedagogía: una conexión casi desconocida.

En nuestra sociedad nunca habíamos hablado tanto sobre la importancia del reconocimiento a la neurodiversidad en los procesos de aprendizaje de las personas. No sé porqué no hablábamos de ello con tanta naturalidad antes pero, sin duda, cada día conocemos mejor los beneficios de hacerlo.

Soy Psicopedagoga. Mi trabajo y pasión es atender a la neurodiversidad de los aprendizajes. Partí profesionalmente hace algo más de 10 años, porque quería hacer lo que toda profesional del área está preparada para hacer: atender a la salud mental de las personas en sus procesos de aprendizaje a lo largo y en cualquier momento de su vida, en cualquier contexto educativo.

La Psicopedagogía estaba aún en pañales todavía en esos años y, aunque me encantaría que esto ya no pasara, lo cierto es que en términos de acceso, en Chile lo sigue estando.

Las familias y escuelas, por ejemplo, aún hoy no pueden acceder a beneficios gubernamentales en aspectos de atención en la especialidad porque si bien le correspondería ser reconocida dentro de la cartera de Salud (Específicamente Salud Mental), la especialidad fue integrada como profesión de la cartera ministerial de educación[1].

Es así como me ha tocado vivir y convivir por muchos años con un estigma social bastante difícil, asociado a que se nos excluye de los espacios de salud mental porque pertenecemos a otra cartera y solo “reforzamos contenido escolar” pero, al mismo tiempo, desde los espacios escolares se nos rechaza por no contar con formación exclusivamente docente[2].

Este trato es natural y entendible porque sabemos que nuestros antecedentes históricos son poco conocidos y aunque tengo confianza en que cada espacio donde pueda contar mi experiencia, servirá para clarificar un poco más, sé que nuestro escenario de intervención es difícil y que trae muchas complicaciones para atender efectiva e integralmente a la neurodiversidad tanto en contextos individuales como grupales.

¡Pero no todo es tristezas! Sí encontramos a personas, familias y entidades sociales que validan nuestra convergencia de disciplinas, por lo que cada día me levanto y hago Psicopedagogía. Es una disciplina de vida y la realizo con tanto amor como muchos y muchas de mis colegas. Parece que no importa la dificultad, mientras más aprendo, más formación busco recibir y dar.

No importa la edad ni el espacio (laboral, grupal, de equipo, familiar, escolar, individual etc), lo cierto es que se espera que aprendamos cada día. Incluso debemos aprender a desaprender si queremos seguir siendo funcionales en nuestro espacio de vida cotidiana pero lo cierto es que cuesta. A veces, cuesta mucho, porque las principales barreras de acceso no están dentro de una persona, si no que en un entorno social.

Un diagnóstico, por ejemplo, puede marcar negativamente a una persona y su familia a tal nivel que muchos profesionales se niegan a emitirlo porque esperan evitar de este modo, dar herramientas a la sociedad para “etiquetar” o “estigmatizar” a una persona.

Esta realidad parece extrema y lo es. De hecho, incluso es negativa porque si no sabemos exactamente cuál es la dificultad, no será posible atenderla como corresponde pero respecto a la crueldad social, aún tenemos todas y todos mucho que trabajar.

El diagnóstico psicopedagógico, sin dudas, es fundamental para identificar las herramientas y procedimientos o estrategias a trabajar con miras a los objetivos de aprendizaje. No importa el contexto en el que este desafío se presente.

Sabemos que cada persona es única al momento de adquirir aprendizajes, tanto a nivel emocional como cognitivo, social, sensorial, madurativo, entre tantos otros. Sabemos que esto pasa a nivel de grupos humanos también y es por eso que intervenimos para potenciar el aprendizaje en esos espacios[3].

Reconocer, aceptar, diagnosticar, trabajar adecuadamente con cada caso particular, apoyando a las familias, los espacios educativos, empresariales, equipos humanos de diferentes áreas, comunidades y, por sobre todo, a cada persona en su singularidad, permite que las sociedades avancen hacia su mejor versión y eso es, justamente, nuestra misión.

Nadie está “a salvo” de aprender cada día y eso es hermoso. Si no es hermoso para ti o alguien de tu entorno, es momento de consultar a tu psicopedagog@ preferid@. Juntos podemos hacer de este un mundo mucho más amigable con la diversidad de aprendizajes.

 

 



[1] Vásquez, R. A. E. (2018). Antecedentes históricos en el desarrollo de la Psicopedagogía en Chile. Pilquen-Sección Psicopedagogía, 15(1), 1-12.

 

[2] Martínez, R. J. (2020). Neblina psicopedagógica: propuesta de un nuevo término. Revista Psicopedagogia, 37(113), 232-242

 

[3] Carrasco Cursach, J., Espinoza Vásquez, R., Rivera Estefanía, P., Villegas Gálvez, C., & Flores Silva, C. (2021). Competencias genéricas de/la profesional psicopedagogo/a*: Análisis transmetodológico para la actualización del perfil profesional por medio de una experiencia de investigación acción participativa. Revista Psicopedagogia, 38(115), 121-132.

 

jueves, 17 de febrero de 2022

¿Cómo funciona la psicopedagogía?

 

La psicopedagogía es muy bonita pero, también, muy necesaria.

Es una especialidad principalmente clínica y se enfoca en la Salud Mental de las personas que viven procesos de aprendizaje y, gracias a ella, mejora la calidad de vida de todas las personas que son atendidas: personas individuales y grupos.

Esta difícil misión es posible de lograr gracias a la especialización de cada profesional, consistente en identificar con exactitud cuál es el punto de partida del aprendizaje al que se hace frente. Esto, permite generar contextos personalizados para “saltar la valla” que existe entre lo que hoy se sabe, domina o logra autónomamente, con aquella meta que se espera lograr.

Gracias a conocer con exactitud cuál es el perfil (siempre único y completamente neurodiverso de aprendizaje) es posible reconocer, encontrar y desplegar una serie de estrategias que permiten “fluir sanamente” entre los puntos de inicio y cierre.

Identificar esto es, sin duda, un desafío enorme, porque presenta grandes dificultades. Por un lado, muchas personas y entidades tienen arraigada la creencia de que para aprender, solo basta querer…así nace el fracaso escolar, por ejemplo.

Por otro lado, no existe una gran cantidad de herramientas para lograrlo de forma simple. Los instrumentos en su gran mayoría (casi la totalidad) se encuentran completamente obsoletos en forma y fondo. Muchos de ellos son demasiado antiguos, demasiado largos, demasiado complejos, demasiado imprecisos…

El desafío más grande es esa extraña confusión de que, por dar un diagnóstico exacto, se va a generar una “etiqueta” y que el culpable ha sido el profesional al “poner” esa etiqueta. Es comprensible si miramos atrás en la historia social, de la escuela especialmente, donde las dificultades para aprender fueron uno de los grandes focos de hostigamiento social (si es que no lo sigue siendo aún con su nuevo nombre “bulling”) pero incomprensible si pensamos que es un deber profesional realizar un diagnóstico exacto.

A modo de ejemplo solemos utilizar el caso de una persona con problemas de visión: ¿Te imaginas que no se hiciera el diagnóstico exacto? ¿Cómo trabajas con esa persona? Se dirían cosas como “es que tiene algo a la vista, parece que es ciego o ve poco pero mejor no le mostremos más imágenes” o, “Es que no va a aprender nada porque no ve”. Por suerte en la actualidad sí se puede hacer un diagnóstico exacto de la acuidad visual y determinar qué problemática y en qué grado afecta y, por tanto, qué tipo de lentes o recursos son los mejores para convivir diariamente con esta necesidad.

En el proceso de aprendizaje pasa lo mismo. El diagnóstico nos permite acceder a las mejores estrategias para cada caso: dislexia leve, profunda, discalculia, dislalia, espectro autista, necesidades socio emocionales, neurológicas y un largo etcétera de diagnósticos únicos o mixtos.

Por eso la psicopedagogía trabaja con otros profesionales. Por eso la psicopedagogía no compite: comparte.





lunes, 30 de marzo de 2020

Psicopedagogía y Tecnologías de Aprendizaje y Conocimiento

El pasado miércoles 18 de marzo, MINEDUC publicó en su página web un Plande Acción Mineduc COVID-19 para instituciones de educación superior, entonces lo leí, le revisé, lo volví a leer (ya saben cómo somos desde la disciplina para analizar cualquier información con la que nos incumbe trabajar) y siento que es importante considerar algunos aspectos desde nuestra área:

Este plan tendrá la posibilidad de agudizar aspectos que quedan en lo general pero que no necesariamente se explicitan. Cuando trabajamos con recursos intangibles, como software, las “generalidades” de un anuncio pueden generar ansiedades y, en consecuencia, muchas Dificultades Específicas de Aprendizaje en lo que a metodología en línea se refiere.

En este sentido, intervenimos en el apoyo de procesos a estudiantes y familias pero, por sobre todo, en docentes. Sí. Tal como lo lee. Algo así como DEA del Docente Online (DEADO).

Este fenómeno, es decir, éstas DEADO, son un espacio propio a nuestra responsabilidad profesional pero, y aquí quiero subrayar, NO ES UN ESPACIO NUEVO DE NUESTRA LABOR. Llevamos años trabajando el área tanto dentro como fuera de los colegios, liceos, centros de formación técnica, empresas, universidades y todo aquel espacio que requiere integrar nuevos aprendizajes en torno a las tecnologías, sus usos y potencialidades; desde capacitar directamente a usuari@s como a apoyar en la creación de recursos de enseñanza, codo a codo con Diseñadores Instruccionales y expertos del área informática.

Este post es casi un desahogo espontáneo, en este momento que después de semanas, se me da como urgente porque la contingencia nos toca por todos los flancos y es este Plande Acción, me parece, exige que la psicopedagogía esté a la altura de responder eficaz y eficientemente. Quiero invitarles a ofrecer nuestro apoyo en cualquier espacio en que observemos debilidades. Lo que a nosotr@s no nos cuesta y, lo sabemos, para muchas y muchos no “es obvio”.


Nota “mis días en cuarentena”: Actualmente me encuentro cursando presencialmente una carrera técnico profesional (rehabilitación de personas con dependencias) en una universidad nacional (sí, otra vez estudiando) y todo el tema me involucra en forma personal, profesional (actualmente mi consulta Psicopedagógica la estoy desarrollando en forma virtual gracias a www.glifing.com) y, gracias a espacios como INTEF.es, me mantengo continuamente como estudiante en perfeccionamiento, a través de estas maravillosas Tecnologías de Aprendizaje y Conocimiento (TAC). Me faltan horas de cuarentena para aprender…¿A ustedes les pasa lo mismo?





martes, 17 de marzo de 2020

Psicopedagogía: ¿Porqué siento que debo justificar todo el tiempo mi disciplina?


Es bastante común leer o escuchar en quienes ejecutan nuestra disciplina, quejas de todo tipo en torno al desconocimiento de nuestras labores.

En Chile, esto es común pues la formación y la ocupación se encuentra asociada a la cartera de educación y no de Salud Mental (sé que esto ya lo he contado, pero acá no contamos con una Ley de SM), llevando a los estamentos educativos a tomar la decisión de exigir que psicopedagogos y psicopedagogas, se licencien en Educación diferencial.

Pros y contras de la situación, son un debate habitual entre representantes de ambas ramas, debates agotadores que nunca convergen en Integración y esa, ¡Esa sí que es la peor parte!.

Hoy no hablaré de las diferencias (la sola palabras diferencias es un tema de post completo), porque me interesa aclarar que la Psicopedagogía es una especialidad de la salud, específicamente, de la Salud Mental (SM), que apunta a todas aquellas dificultades de aprendizaje.

De aprendizaje ya hemos hablado (y hablaremos con seguridad, muy frecuentemente) y estas Dificultades de Aprendizaje, en cualquier ámbito, edad y contexto, corresponden en la mayor parte de los casos, a funciones cerebrales específicas en cuanto a rutas específicas del SNC y Periférico (imposible desconocer los contextos).

Nuestra especialidad, por tanto, se encuentra en reconocer (observar, evaluar, diagnosticar) qué está alterando una determinada habilidad de aprendizaje.

En el tratamiento podemos rozar con varias especialidades: Ed. Diferencial, que ajusta contenidos pedagógicos (por ejemplo, entre otras actividades); kinesiología, que pueden facilitar mejoras en el aspecto psicomotor; oftalmología; fonoaudiología y muchas otras áreas, pues una vez se evidencia la problemática, es necesario actuar en consecuencia.

¡Por eso solemos hacer derivaciones!, porque todas las profesiones humanas pueden ser complementadas por la psicopedagogía y viceversa.

Esto no significa que dejemos el caso derivado y nos desentendamos del proceso, todo lo contrario, lo observamos y vamos permanentemente evaluando las diferentes variables (pros y contras) de cada una de las medidas tomadas tanto por nosotrs como por el resto de las especialidades y la familia o grupo de pertenencia, en pro de lograr nuestros objetivos o, mejor dicho, los “para qué queremos que se desarrolle el aprendizaje determinado” en cada Potencial Aprendiz (PA).

Entonces, queda preguntarse si es posible que vivamos quejándonos por las diferencias entre especialidades o, si no sería muchísimo mejor, quejarnos transdisciplinariamente por la falta de una legislación acorde al respeto humano fundamental de una Salud Mental integral.


¿Qué piensas tú?



*En el siguiente link, encontrarás información muy relevante, te invito a visitarlo:
Modelos de orientación e intervención psicopedagógica M.Luisa Sanchiz Ruiz

viernes, 6 de marzo de 2020

Salud Mental y Psicopedagogía: ¿PORQUÉ NO ES CONSIDERADA COMO ESPECIALIDAD DEL ÁREA MÉDICA DE ATENCIÓN A LA SM.”


Nuestro País, Chile, no cuenta con una Ley de Salud Mental (SM). Sus únicos recursos de regulación se encuentran integrados en un Plan Nacional de Salud Mental (PNSM) (véase https://www.minsal.cl/salud-mental/) y, en esta instancia, la Psicopedagogía, como herramienta fundamental de SM para cubrir lo que en sus fundamentos presentados:

“El plan se basa en el concepto de que la salud y en especial la salud mental no solo depende de factores biológicos inherentes a las personas y grupos, sino también de las condiciones en que ellos viven. Por lo tanto, las acciones que favorecen la salud mental son todas aquellas que promueven mejores condiciones psicosociales a lo largo de la vida, principalmente en el ámbito de la familia, de la escuela y del trabajo Es decir, las que generan un mayor nivel de bienestar, que permiten acceder oportunamente a los apoyos o tratamientos que cada persona y familia necesita y minimizan la discapacidad y marginación social aceptando y creando espacios de integración para personas con enfermedades mentales.”

NO ES CONSIDERADA COMO ESPECIALIDAD DEL ÁREA MÉDICA 
DE ATENCIÓN A LA SM.

El porqué de que, como profesión o perfeccionamiento de las profesiones educativas o médicas, no se considera en el PNSM queda, entonces, respondida de manera clara y sin complejidades.
...
Hace unos días, en un medio privado de transporte, conocí a un docente de educación superior en uno de los tantos institutos que existen en Chile pero de esos escasos en donde la Psicopedagogía se sigue impartiendo como carrera profesional. Su área, las matemáticas.

Para cuando llegué a destino, su alegría de aportar tan contundentemente a nuestra profesión (forma profesionales de nuestra área), en tanto confirmó lo que sospechaba: tener problemas en mates no es solo por miedo o tradición cultural si no que, por sobre todo, porque como dijo él “hay algo en su mecanismo o ruta cerebral que no está funcionando” le hizo sentir muy relevante en nuestra profesión y me agradeció poder ver la importancia de nuestro rol fundamental.

Es extraño explicar al menos 4 veces al día qué es Psicopedagogía y porqué la he escogido por sobre cualquier otra profesión, pero es fácil y sencillo cuando sabes que es una herramienta fundamental y preciosa en todo el sentido de la palabra y de la formación de la mejor versión de seres, de personas.
La conversación me dejó en el cuerpo esa sensación tan bonita de encontrar que todos los cabos y puntas, aparentemente sueltas para muchs profesionales del área educativa, pueden ser explicadas, unidas, definidas y trabajadas por la psicopedagogía y que, para ello, siempre trabajará en equipos multidisciplinarios porque: LA PSICOPEDAGOGÍA NO COMPITE, COMPARTE.

Esto, claro, será aún más evidente y reconocido cuando salgamos de la atención exclusivamente escolar y privada pero, ese es tema para otro Post.

Cariños y buen aprendizaje!

domingo, 20 de agosto de 2017

El Informe Psicopedagógico.

"¿Hago el diagnóstico del alumno si tiene 7 años y no presenta dificultades de aprendizaje?" -me preguntó una alumna de 8vo semestre de la carrera el mes pasado, cuando decidí escribir este post, que recién comparto con ustedes: El informe Psicopedagógico.

El informe Psicopedagógico, que nace para orientar la toma de decisiones en los procesos de enseñanza del PA es, sin duda, una instancia delicada por varios motivos:
  • Habla de una persona con todas sus indivisibles partes. Una persona integral y, por supuesto, siempre en desarrollo, es decir, un Potencial Aprendiz.
  • Se basa en investigación cualitativa y cuantitativa (investigación psicopedagógica) por lo que, a excepción de utilizar una herramienta efectiva y eficaz como Glifing, es muy difícil que su extensión sea amigable tanto en el tiempo que demora reunir la información, como en la redacción del mismo, por lo que exige un nivel de síntesis muy avanzado.
  • Al buscar determinar la posible presencia de Dificultades Específicas del Aprendizaje (DEA), suele recibir una valoración exclusivamente pedagógica y no clínica -en Chile, de hecho, la profesión psicopedagógica pertenece a la cartera ministerial de educación y no de salud- lo que genera un vacío en los procedimientos y responsabilidades del mismo al momento del trabajo multidisciplinario.
La parte más delicada, sin embargo, es cuando utilizan el diagnóstico psicopedagógico,  para estigmatizar al PA. Cuando se usa como una especie de cartel inamovible que, lo sabemos bien desde la perspectiva profesional, pesa en forma y fondo tanto a este como a su familia.

El Informe Psicopedagógico tiene varias aristas que, sin duda, es necesario tocar: redacción, validación de la información que integran (uso de test validados o no), tiempos de generación, redacción de los mismos considerando el espacio al que van dirigidos (ocupacional-laboral, tercera edad, escolar, etc), orientaciones a entregar, y muchos más etcéteras: 
¿Por dónde te parecería bueno que comencemos a hablar?. 

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Hablar de psicopedagogía es hablar de salud educativa

Hablar de psicopedagogía es hablar de salud educativa ¿Por qué? Porque como todo proceso humano, la educación es un fenómeno continuo, dinám...